Tablilla N° 5

Brilla de nuevo la luna llena y recuerdo que ya hace mucho tiempo que grabé mi primera tablilla. Ya
hace doce lunas. Pero no por eso desatenderé el informe, ya que hoy mismo he pagado mi última
deuda. Hoy es el día que mi buena esposa y yo festejamos el triunfo que nos ha proporcionado
nuestra determinación.
Durante mi última visita a mis acreedores ocurrieron algunas cosas de las que me acordaré durante
mucho tiempo. Ahmar me suplicó que perdonara su feas palabras y me dijo que, entre todas,
deseaba especialmente mi amistad.
Al final el viejo Alkahad no es tan malo pues me dijo: Antes eras como un trozo de barro blando que
podía ser apretado y moldeado por cualquier mano, pero ahora eres como una moneda de cobre que
se puede sostener sobre su canto. Si necesitas plata o oro, ven a verme en cualquier momento.
No es el único que me respeta, muchos otros me hablan con deferencia. Mi buena mujer me mira con
aquel brillo en los ojos que hace que un hombre se sienta confiado.
Pero ha sido el plan el que me ha dado el éxito, me ha hecho capaz de devolver el dinero de mis
deudas y ha hecho tintinear el oro y la plata en mi bolsa. Lo recomiendo a los que quieran prosperar.
Pues, si ha conseguido que un esclavo pagara sus deudas, ¿no ayudará a un hombre a encontrar su
libertad? Y yo no lo he abandonado pues estoy convencido de que, si lo sigo, me hará un hombre rico
entre los hombres.

No comments:

Post a Comment